Cuando un mismo rostro cambia su semblante,
¿cuál es real , dicha o tristeza?
Si cuando absorta la miras y su faz es otra,
calma y ausente,
¿es esta su sombra natural?
O ninguna es verdad,
pues cómo estar seguro de su esencia
si nunca es la misma.
Cuál su aroma, esquivo y cambiante…
Escribo esto y suenan redobles de fiesta,
y no de muerte,
júbilo bullicio niños recorriendo
las calles con chismes de barrio
y flautas de pueblo,
las fallas se acercan reptando
mientras duermo
y los días suceden a gritos y despertás,
susurro contra susurro y risas
cortadas
por nombres gritados en esta orquesta
vulgar de acera moderna.
En la tele Te doy mis ojos,
pues qué son los ojos sin dueño,
y esto bien saben las hienas.
Hasta qué punto por querer uno posee
y hasta cuándo se deja una querer.
– Todo esto y más en las noticias de Antena 3. –
(espacio no publicitario).